Para cortarse las venas con la minipimer
"¿Que tal las vacaciones?" Creo que esta es la frase que más se pronuncia en estas fechas. Y oye, es curioso, pero todo el mundo la dice con una sonrisa. "Pues bien, cortas (sonrisa estúpida)". Cortas no. Cortísimas. Vamos, que hoy es mi primer día después de las vacaciones y me he estado planteando el no volver. Y se me ocurrían cosas de lo más tontas "Y si me quedo aquí en mi pueblo, y monto, que se yo, un taller de alfarería, o de carpintería... tiene que molar vivir aquí todo el año, que tranquilidad...". Y es una idea tonta porque yo, que no soy capaz de colgar un cuadro derecho, ¿Cómo voy a ser capaz de hacer un mueble, por sencillo que sea?. De hecho una vez lo intenté, intenté hacer una mesa, con unas ruedecitas, y un cristal... en mi cabeza era preciosa... En la práctica las tablas que compré para hacerla acabaron como estanterías en el garaje... eso si, torcidas.

En fin, que la vida es así, y que hasta los 65 años va a ser siempre igual, que le vamos a hacer. Menos mal que mi trabajo me gusta, porque si no me gustara sería terrible. Joder, que bien esto de los blogs, casi hasta que me estoy animando... "¡Jefe, más madera, esto es la guerra!".
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