¡Por atrás hay sitio!

Creo que no hay cosa que más me joda de ir en el tranporte público que las típicas señoras que van de "si a mi me dejaran solucionaba los problemas del planeta en cero coma". Pero vamos a ver. Tengo que aguantar que un lunes, el peor día de la semana, me tenga que meter a primera hora en el autobús que suele ir hasta la bandera, y con gente con cara de pocos amigos. Pero es que encima tengo que soportar la estridente voz de una señora diciendo la típica frase de "Por atrás hay sitio..."

Por atrás hay sitio, por atrás hay sitio... ¡¡Pues coja usted su escoba, bruja asquerosa, y vuele por encima de la gente hasta el fondo del autobús!! Oye, pues coge la jodía y lo hace, pero sin la escoba... es decir, empujando a todo el mundo para demostrar que tiene razón. Coño, señora, si sabemos que tiene usted razón, pero no me grite al oido y sobre todo no me empuje porque me MOSQUEO Y ME CAGO EN LA PUTA!!

Si es que no me jodas, ¿Eh?. Para empezar en el autobús me pongo donde me da la gana, como si quiero ir todo el trayecto al lado del conductor. Segundo, si es que NO PUEDO PASAR, SEÑORA, a ver como se lo explico, que por mucho que diga usted que al fondo hay sitio al final se forma un tapón, coño.

Joder, que ganas tengo de terminar este proyecto y volver a estar en mi oficina querida, a la que puedo ir en coche... Bueno, puedo ir en coche hasta que nuestro alcalde, el faraón Gallardomón III, le de por pintar el barrio de verde y azul...