Blog personal anti-stress...


lunes, febrero 16, 2009

El poder de las masas

El sábado fue San Valentín, por si alguno no se ha enterado. Resulta que yo no soy gran fan de San Valentín, de hecho me parece una gilipollez bastante grande, pero ¡Oye!, que yo respeto a la gente, ¿Eh?

Pues como era sábado decidí reservar en un restaurante que conozco en la plaza Santa Ana para ir a cenar con mi mujer, no porque fuese San Valentín, sino porque era sábado, y entre el trabajo y el máster no nos vemos el pelo.

Había reservado a las 9.30, cogemos el coche (si, vivimos a las afueras) y pensé "Buah, directo al parking de Santa Ana, cenita, y de vuelta a casa, cojonudo". Cojonudo, si... ¡Cojonudísimo!. Llegamos a Neptuno y la entrada del parking de Las Cortes, que marcaba "Completo" en rojo rojísimo, parecía un desguace. Tres filas de coches apuntando hacia la rampa, que yo pensé, "joder, menos mal que no vamos a este, pero si este está así, que chungo...".

Total, que enfilamos la calle del Prado. En el cruce con San Agustín (vamos, el primero) ya estábamos parados. Y pensé, "verás que gracia chuparse todo este atasco hasta Santa Ana para que lleguemos y esté completo". Total que me dije, "Pues nada, aparcamiento salvaje". Conozco la zona porque mi abuela vivía en ella, así que decido aparcarlo en la calle Cervantes aún sabiendo que está prohibido porque la han hecho peatonal, pero total, no me llegan las multas, es lo que tiene tener el coche matriculado en otra provincia...

Y pensaréis, "Que listo, así está Madrid, con los listos como este..." Pues si, efectivamente, estaba la calle ENTERA llena de coches mal aparcados... Yo ya ahí me empecé a poner de mala ostia. Total, que me dice mi mujer "Vamos a Alfonso XII, aparcamos allí, y luego vamos al restaurante, o nos vamos a otro". Si, claro, Alfonso XII... el Paseo del Prado "petao" de coches, y mi mujer y yo pensando en sitios alternativos, ya eran las 9.30 (anulamos la reserva del restaurante, claro, viendo el plan), todos los sitios a los que llamábamos estaban completos, y otros que se nos ocurrían, no teníamos el teléfono y como para arriesgarse a ir hasta allí y que no haya mesa...

¿Pues sabéis donde acabamos cenando? En nuestra PUTA casa, una PUTA pizza del PUTO Telepizza. ¿NO HABÍA CRISIS? Ah, claro, que como es SAN VALENTÍN vamos a salir todos a la vez a petar todo Madrid y a hacernos los románticos por un día cuando el resto del año estamos tocándonos los huevos en el sofá mientras nuestra novia/esposa se deja los lomos fregando y cuidando a los niños, y cuidado a ver si te suelto una ostia que no me dejas ver el partido...

Que país...