Timofónica (El "retonno")
Bueno, vuelvo con energías renovadas después de un tiempo sin escribir en el blog. Y no es porque no haya querido, es que no he podido. Si bien es cierto que mis compromisos laborales tienen parte de culpa, la mayor parte es en este caso de nuestra querida Timofónica.
Resulta que a mediados de octubre, en un momento de vacaciones neuronales, no se me ocurrió otra cosa que llamar a Timofónica para instalar su producto de televisión digital. La decisión vino promovida por que la antena comunitaria del edificio en el que vivo es una santa basura, y el producto de Timofónica es el único que contiene todas las cadenas nacionales en formato digital, además de los canales adicionales. Unas tres semanas despúes, me llaman para decirme que van a pasar por casa a hacer la instalación, y les cito entre las 8 y las 10 de la mañana.
Soy un triste. Lo se. Un puto iluso. Como he escrito en el anterior posting, no apareció ni Dios. Y allí me ves, con el traje puesto, sentado en el sofá desde las 8 de la mañana hasta la hora de comer como un gilipollas, esperando a los técnicos. Y por la tarde, me llaman para decirme que lo sienten, que han tenido un problema, y me dicen que van a ir el viernes siguiente de 6 a 8 de la tarde. Vuelvo a preguntar, ¿Fueron a vuestra casa? Que no, que a la mía tampoco. Pero es que lo malo es que el producto contratado incluye ADSL - del que ya disponía, por cierto - pero para instalar lo nuevo tenían que cortarnos internet mientras hacían la instalación.
Teniendo en cuenta de que el primer día que quedaron en venir - lunes - nos cortaron la conexión a internet, que el viernes siguiente no vinieron, y que luego han tardado TRES PUTAS SEMANAS MÁS en venir, pues he estado desconectado del cibermundo más o menos un mes, con mi padre resoplándome en el cogote diciéndome que qué demonios pasa con la conexión a internet, que la necesita para trabajar.
Y luego, encima, me doy cuenta de que lo que he contratado es una mierda. Ver la guía de programación es un puto suplicio. Cada vez que avanzas en el menú, una petición al servidor, con el retardo que conlleva. Vamos, programado por aficionados. Ya podían aprender de AUNA. Y los saltos en la imagen, pues como uno cada media hora. De pronto, la imagen se queda así como atontada, a cuadraditos, y ¡OLE!, te has perdido un trozo de la escena, normalmente esa en la que el protagonista suelta el nombre del asesino.
Pues eso, que un desastre, y que en enero cuando me vaya a mi piso - si Dios quiere - cae AUNA, y no vuelvo a tener nada que ver con esta gentuza nunca más.
<< Home